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jueves, 26 de mayo de 2011

UNA ENTREVISTA DE MI AMIGO EL ESCRITOR NICA GOUSSEN PADILLA

Por Guillermo Goussen Padilla, para www.radiocyclopea.blogspot.com



1)               Esta es una pregunta que he odiado por  casi 38 años y que siempre me  hacen los mexicanos, pero ahora no quise evitar la tentación y te la hago a vos: Saliste de Colombia, ya formado y con un título universitario, viviste en Costa Rica e hiciste tu maestría en los EUA, pero te quedaste a vivir en México, ¿por qué México, por qué Jalapa?
Vine a México siguiendo a una mujer con la que tenía planes de casarme. Me instalé en Monterrey y allí hice los preparativos para casarme. Di clases de traducción en la Facultad de Idiomas de la Universidad de Nuevo León, fundé con Miguel Covarrubias y otros amigos. Descubrí que la mujer con la que quería casarme no era lo que yo creía y ella descubrió que yo no cabía en su mundo de rituales sociales. Recibí un premio de la Universidad Veracruzana que compartí con Sergio Pitol en 1979. El rector me invitó a trabajar. Me vine a vivir a Xalapa, aquí me casé, trabajé en la Radio Universitaria y ahora son académico y lector de la Editorial de la Universidad Veracruzana.
2)               Tengo un amigo español, Óscar Sipán, que acuña esta frase: “Me gusta el jabugo, pero eso no me obliga a convivir con los cerdos…” Sabemos que vos sos un escritor muy huraño, enemigo de las cúpulas y grupos de poder literarios, ¿cómo has sobrevivido en el mundillo cultural, qué has hecho para aguantar, por ejemplo, la petulancia de algunos colegas?
Tengo por principio decir siempre la verdad y no quedarme callado ante la corrupción. Ello me ha granjeado muchos enemigos pero también muchos enemigos. Hay algo que ha fundamentado mis actitudes e incluso mis exabruptos: soy una persona muy seria y disciplinada. Cumplo puntualmente mis deberes en todos mis trabajos y por ello  me he ganado el respeto de mi universidad. Además todo lo que he hecho en el campo de la literatura lo he hecho apasionadamente, a fondo y con enorme paciencia. El hecho de que grandes personalidades hayan manifestado respeto por mi trabajo les calla la boca a mis enemigos. De García Márquez a Rubem Fonseca pasando por grandes autoridades de la literatura, han expresado altos conceptos sobre lo que escribo. He recibido bastantes premios y reconocimientos que ni mis perores enemigos pueden soslayar. Así me he ganado una autoridad para poder expresar mis opiniones sin tapujos. A cambio de ello he recibido infinidad de ninguneos y rechazos. En muchos lugares y muchas editoriales mi nombre es proscrito. Lo que no me preocupa: el mundo es grande y si no me quieren en un lugar, en otros cinco me abren las puertas. El resultado es que soy un escritor marginal pero con una obra que no me parece marginal.
3)               Recuerdo que cuando Batis manejaba el suplemento cultural  (“Sábado”) del Unomásuno la polémica era el platillo  cotidiano; incluso, se llegó a decir que Huberto “amarraba navajas” con tal de que se dieran las discusiones entre los articulistas y colaboradores. Nombres como Roberto Vallarino (fue el único que reseñó mi primera novela, antes de morir), Nacho Trejo, Fernando Nachón, José Luis Ontiveros (creo que éste no te caía bien), Marco Tulio y al final hasta Fadanelli siempre estaban en el ring del suplemento dispuestos a echarse un tiro. ¿No añoras esa forma beligerante de hacer crítica, de defender tu visión de las cosas?
Si la añoro. Ahora en México se hace una crítica blandengue, acomodaticia, interesada. Los reseñistas y articulistas hacen intercambio de favores. No se atreven a ser honrados. Sirven a patrones. Defienden lo indefendible. Viven de becas y presupuestos. En México se ha desarrollado toda una generación de vividores, cuya existencia está en función del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Sistema Nacional de Creadores. No escriben para hacer una obra valiosa, sino para ganar puntos.
4)               Vamos a ver, a vos te tocó ver nacer a los “Crack” (Volpi, Padilla, Chávez, etc.), quienes sacaron su “manifiesto”, ganaron un concurso internacional y luego se acomodaron en las embajadas y casas de México en el extranjero, ¿qué opinión te merecen estos muchachos?
No sé mucho de ellos. No he leído sino lo de Pedro Ángel Palou, que me parece bueno. Volpi me parece un individuo que se ha ido acomodando aquí y allá, pero no puedo juzgar su obra. Me dan risa sus declaraciones “universalistas” y en cierta forma anti latinoamericanas. Parece querer decir que tenemos el deber de escribir como europeos. Descalifican  García Márquez y con ello creen estar inaugurando una nueva literatura. No conozco a una sola persona a la que le haya gustado lo que escribe.
5)               ¿Conociste a Bolaño? Cuando supe de él, de inmediato lo relacioné con vos, ya que estuve muchos años sin saber nada de tu trabajo y tu vida, ¿cómo habría sido la relación entre este par de huraños, vos y él?
Bolaño me parece sobrevaluado. No pude terminar  Los detectives salvajes.  Los cuentos de  Putas asesinas son infames. Dos libros pésimos me bastan para descalificarlo de por vida. He escrito sobre este tema en mi blog y en la revista  Siempre!
6)               ¿Veremos algún día a Marco Tulio haciendo ese gran fichaje para Alfaguara, Herralde, Planeta et al.?
Ya estuve en Alfaguara incluso tres veces: con El amor y la muerte, que fue finalista en el Premio Alfaguara; en Punto de Lectura, con  Cuentos para después de hacer el amor y en Alfaguara Infantil, con  El pollo que no quiso ser gallo, del que llevamos 30 000 ejemplares vendidos. Me peleé con Alfaguara a  partir del Premio que le dieron a Poniatowska y no a mí. Dije que el concurso estaba arreglado y que lo que primaba era  la comercialización por encima de la  calidad. Por otra parte,  a medida que me hago viejo, encuentro que publicar en editoriales independientes más hace más feliz: los libros permenecen.
7)               Cuando uno lee tus cuentos y novela y ve venir esos personajes apocados, conservadores, circunspectos, siempre piensa en la subversión, y sólo queda esperar el momento en que Marco Tulio le dé esa vuelta de tuerca, les cambie el guion de sus vidas y se desate el drama, la crisis. ¿Te ves como un  creador subversivo?
Me parece que sólo has leído una parte de lo que he escrito. En general no creo que mis personajes sean conservadores.
8)               Es muy común que las nuevas generaciones aborrezcan a las viejas o, en su defecto, adopten una actitud parricida, sin embargo sé de buenas fuentes que tu relación con García Márquez siempre ha sido óptima. ¿Cuál fue la fórmula?
También aquí creo que te equivocas. Yo quiero mucho a Gabo persona y a Gabo escritor, pero él desde hace mucho tiempo ha preferido esquivarme porque yo me he atrevido a retratarlo en sus momentos de vanidad, soberbia, prepotencia. Sin embargo él ha manifestado, siempre en privado, su aprecio por mis libros, tanto que los tiene aparte de todos los demás, junto con los de Álvaro Mutis.
9)               Y con Fernando Vallejo, ¿cómo se sienten los tres colombianos a la hora de, por ejemplo, felicitarse o saludarse en este México que sigue siendo un pañuelo?
Vallejo es el mejor amigo del mundo, es de una amabilidad maravillosa. Lo veo muy poco, incluso menos que a García Márquez. Como prosista es pobre. Como polemista, el  mejor.
10)            ¿Te siguen gustando los concursos literarios, aún creés en la probidad de los jurados? Contanos alguna anécdota al respecto.
Me encantan los premios literarios. He recibido bastantes y con ellos he hecho mi casa y tengo mis cositas, hago viajes y demás. He sido jurado en muchos concursos y me he dado cuenta que los jurados no leen los libros: solamente cobran y se lavan las manos. Eso sucede casi siempre en México. Ha habido concursos en los que los otros dos miembros de un jurado mandan una notita donde dicen: estoy de acuerdo con lo que decidan los otros. Fui jurado con José Donoso y discutimos horas y horas sin ponernos de acuerdo, hasta que decidimos: ni él ni yo, sino la segunda o tercera opción. En Colombia durante las deliberaciones de los premios nacionales mandé el concurso al cuerno porque los otros dos miembros del jurado querían premiar un libro vergonzoso. No acepté eso y me retiré.
Bueno, hermano y colega, gracias por darnos tu tiempo y tus experiencias, te dejamos con la esperanza de coincidir pronto y en vivo para seguir charlando. ¡Felicidades por lo que has hecho con la palabra!

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