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jueves, 30 de agosto de 2012

HAROLD ALVARADO: EL POETA GRANDE DE COLOMBIA

No sé si Harold es el mejor poeta vivo de Colombia: lo que sé es que es el más rebelde, el menos dócil y el único poeta de Colombia que me hace respirar profundo antes de leer sus poemas. Por eso me permití tomar tres de sus poemas recientes para reproducirlos en este blog. No se dejen engañar por su aparente sencillez: siempre tiran anclas que llegan hasta el fondo.
Pido perdón. Al copiar me los puso continuos.

En la quinientos dieciocho de un hospital de Caldas mientras leo fragmentos de Arias Trujillo espero la vida o la muerte.Poco pide ya el cuerpo y apenas celebra la luz.Sabe que todo fue ensueño y un inútil arrojo haber creído en vosotras quimeras de un siglode cartón y de piedra,soberbia y celuloide.En nosotros no hubo amanecer ni mañana ni ayer.Nacimos en lugar equivocado,crecimos donde no debimos,palmamos cuando no quisimos.Esta fue nuestra patria y fortuna:sangre y destierro.

 Wamba
En este lugar, un desocupado Caballero Hospitalariode la Orden de San Juan de Jerusalén ordenó durante cuarenta añoslas tibias, los fémures y las calaveras que ves.Es la Huesera de Wamba,un rey godo coronado a la muerte de Recesvintohace 1339 años.Nadie sabe quiénes fueron,ni qué hicieron,ni nos importa ahora.Por causa de su pobrezano tuvieron sepultura.Sólo eso sabemos.Recuerda, entonces, viajeroque todos somos de Wamba,Wamba es nuestra tierra.Wamba fue nuestro ayery será el mañana.

Rostro y voces en Manga
Fuiste y volver no fue memorable.Menos,el rostro de un muchacho,amaneciendo en Manga.No hubo maravillasni sabiduría ni soberbiani codicia ni desdicha ni engaño.Sólo ese rostro, bello como la misma juventud,helado, como los tiempos que corren,incluso en Manga,donde la luz es más bellay todo parece dispuesto para que seas felizsi, la vida, te lo hubiese advertido. La vida, quiero decir la muerte, que incansable esperaba tras de la puerta,repitiendo: Si todo vale nada,el resto vale menos.  Año nuevo vida nueva

En San Marcel he agotado otra navidad, otro año nuevo.He recordado entonces la helada estanciadel viejo hospital de Olías del Rey,sus Hermanas de la Salud de Cristocon enormes tocados de vuelo de cigüeñay los altos mastines cancerberos de la noche.Al salir vi la plaza inundada de cabrascon pastores que hacían fuegos para paliar el frío.!Qué días y qué noches aquellas!El pueblo era un campo caprinoy el fuego y los cantares alegraban las horasde aquellas semanas de convalecientejunto a los Miranda y José, el panadero,hermanos de esos años de infortunio.Dos camiones de mercadoarrojaron un día tres docenas de putasen medio de aquel lago de cabrassaciando el hambre de los machos pastores.La vida daba tumbosy Madrid enfebrecíacomo caldo de centollosa punto de hervor.Algo que no supimos, estaba por llegar.Una fiesta, un deceso, fue el fin de una era.Al amanecer brindamos al futuro.España era tan pobre que éramos felices.






Cuatro poemas del libro: SES 518 En la quinientos dieciochode un hospital de Caldasmientras leo fragmentosde Arias Trujilloespero la vida o la muerte.Poco pide ya el cuerpoy apenas celebra la luz.Sabe que todo fue ensueñoy un inútil arrojohaber creído en vosotrasquimeras de un siglode cartón y de piedra,soberbia y celuloide.En nosotros no hubo amanecerni mañana ni ayer.Nacimos en lugar equivocado,crecimos donde no debimos,palmamos cuando no quisimos.Esta fue nuestra patria y fortuna:sangre y destierro.  Wamba En este lugar, un desocupado Caballero Hospitalariode la Orden de San Juan de Jerusalénordenó durante cuarenta añoslas tibias, los fémures y las calaveras que ves.Es la Huesera de Wamba,un rey godo coronado a la muerte de Recesvintohace 1339 años.Nadie sabe quiénes fueron,ni qué hicieron,ni nos importa ahora.Por causa de su pobrezano tuvieron sepultura.Sólo eso sabemos.Recuerda, entonces, viajeroque todos somos de Wamba,Wamba es nuestra tierra.Wamba fue nuestro ayery será el mañana.  Rostro y voces en Manga Fuiste y volverno fue memorable.Menos,el rostro de un muchacho,amaneciendo en Manga.No hubo maravillasni sabiduría ni soberbiani codicia ni desdicha ni engaño.Sólo ese rostro, bello como la misma juventud,helado, como los tiempos que corren,incluso en Manga,donde la luz es más bellay todo parece dispuesto para que seas felizsi, la vida, te lo hubiese advertido. La vida, quiero decir la muerte, que incansable esperaba tras de la puerta,repitiendo: Si todo vale nada,el resto vale menos.  Año nuevo vida nueva En San Marcel he agotado otra navidad, otro año nuevo.He recordado entonces la helada estanciadel viejo hospital de Olías del Rey,sus Hermanas de la Salud de Cristocon enormes tocados de vuelo de cigüeñay los altos mastines cancerberos de la noche.Al salir vi la plaza inundada de cabrascon pastores que hacían fuegos para paliar el frío.!Qué días y qué noches aquellas!El pueblo era un campo caprinoy el fuego y los cantares alegraban las horasde aquellas semanas de convalecientejunto a los Miranda y José, el panadero,hermanos de esos años de infortunio.Dos camiones de mercadoarrojaron un día tres docenas de putasen medio de aquel lago de cabrassaciando el hambre de los machos pastores.La vida daba tumbosy Madrid enfebrecíacomo caldo de centollosa punto de hervor.Algo que no supimos, estaba por llegar.Una fiesta, un deceso, fue el fin de una era.Al amanecer brindamos al futuro.España era tan pobre que éramos felices.

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